Síndrome de Varicela Congénito
Las infecciones in
útero en el primer trimestre pueden causar serios problemas. Este es
el caso del síndrome de varicela congénita que implica escaras en las
extremidades, daño al lente ocular, la retina, y el cerebro y microftalmia.
La infección de
la madre, quien presumiblemente no ha sido previamente infectada y por tanto no
posee anticuerpos anti-varicela, en un periodo cercano al parto puede conllevar
una infección del infante. Puesto que el infante no tendrá anticuerpos maternos
contra la varicela y tiene una inmunidad celular todavía inmadura, puede
sucumbir a la enfermedad con una tasa de mortalidad de hasta 35%. Si la madre
se infecta cerca del término del embarazo, ambos ella (antes del parto) y su
bebé (inmediatamente luego del parto) han de ser tratados con inmunoglobulina
de varicela. La mayoría de los niños, no obstante, obtienen anticuerpos
maternos transplacentariamente y están protegidos de la enfermedad.
Culebrilla
Luego del periodo
infeccioso, el virus puede migrar a los ganglios asociados con áreas en las que
el virus se replica activamente. El virus puede entonces ser reactivado bajo
situaciones de tensión (estrés) o de supresión del sistema inmune. Esto usualmente
ocurre en etapas avanzadas de la vida. La recurrencia de la replicación de la
varicela se acompaña de dolor radicular severo en áreas discretas, aquellas
inervadas por el nervio en el que la infección latente ha ocurrido. Unos días
más tarde lesiones similares a la de la varicela suceden en áreas restringidas
(dermatoma) que son inervadas por un único ganglio. Nuevas lesiones aparecen en
dermatomas adyacentes y alejadas. La reactivación puede afectar el ojo vía el
nervio trigémino (uveítis, queratitis, conjuntivitis, oftalmoplegía, iritis) y
el cerebro mediante los nervios craneales VII y VIII (Parálisis de Bell y
Síndrome de Ramsay-Hunt). Las lesiones cutáneas son un tanto diferente a las de
la varicela, estando restringidas a pequeñas áreas de piel, usualmente en el
tórax. Son pequeñas y cercanas unas con otras. Son maculopapulares con una base
eritematosa y usualmente se resuelven en más o menos 2 semanas. La reactivación
puede llevar a sensación crónica de quemazón o a un dolor pruriginoso
llamado neuralgia post-herpética, la cual se observa principalmente en
pacientes mayores de edad. El dolor puede perdurar luego de que la dermatitis
haya curado (meses o años). Con frecuencia se asocia una sensibilidad aumentada
al tacto (hiperestesia o causalgia) con la neuralgia post-herpética.
Los pacientes son SIDA con
frecuencia manifiestan recurrencias multi-dermatomales de infección por
varicela. En algunos pacientes con SIDA también se da una forma crónica
verrucosa.
Diagnóstico
Tanto la varicela como la
culebrina son diagnosticadas por su apariencia característica pero un
diagnóstico definitivo puede realizarse por cultivo del virus de las lesiones
(un procedimiento difícil) seguido de detección de antígenos. La apariencia
característica de las células en los especimenes biopsiados de las lesiones
cutáneas también puede usarse para diagnóstico.
Tratamiento
Al igual que con el VHS, el
aciclovir (u otros análogos nucleósidos) pueden ser útiles, en particular en la
prevención de la diseminación en los pacientes inmunosuprimidos. La
inmunoglobulina de la varicela también puede usarse. Normalmente, no obstante,
solo se usa tratamiento sintomático en los niños, que se recuperan rápidamente
si tienen una adecuada respuesta inmune mediada por células.
Vacuna
Hay una vacuna de virus vivo
atenuado y se usa en los Estados Unidos. Conlleva la producción de anticuerpos
y de inmunidad mediada por células. Puede administrarse post-exposición.
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